miércoles, 24 de febrero de 2016

Convivir sin consensos

La búsqueda de consensos parece ser una obstinación de muchos políticos. Nada más halagüeño para ellos que lograr unanimidad en el apoyo a sus propuestas. Un político tiene la oportunidad, y la responsabilidad, de originar e implementar políticas públicas para ofrecer soluciones a los problemas sociales que nos aquejan; esa es su función. La crítica, incluida la indignación en las redes sociales, sirve como un instrumento de control para lo que hacen los políticos; es un valor y una garantía para la democracia. Poco hacen los políticos y funcionarios públicos que deciden convertirse en 'contra-indignados'. Pero la búsqueda de consensos no es una característica exclusiva de los políticos: es más repugnante cuando proviene de intelectuales, al menos de académicos. Establecer como objetivo alcanzar consensos tergiversa la función intelectual honesta, es un intento de eliminar la crítica.

La vida en sociedad implica la combinación de miles o millones de visiones distintas del mundo. La vida civilizada se alcanza, precisamente, cuando podemos convivir con esas diferencias sin hacer uso de la violencia, en su caso extremo con el uso de las armas. El prurito de los consensos logra efectos adversos: al no ser posible alcanzarlos, se polariza y se genera el mejor caldo de cultivo para los caudillismos y los fanatismos; o se termina repartiendo prebendas para alcanzar un 'consenso aparente', de tal manera que cada grupo de presión reciba un pedacito de la torta; se generan entonces guetos (e incomunicación, apatía y desidia).

El acuerdo político que ha logrado el presidente Santos esta semana para apoyar, la que esperamos sea, la etapa final del proceso de paz es una actitud generosa de los partidos políticos que se adhieren; invita a mantener la esperanza. Es un acuerdo políticamente sano porque no representa un consenso.

Lo que no puede suceder es que el gobierno intente cabalgar sobre nuestras esperanzas de paz para imponer posiciones hegemónicas, de consenso, en todo cuanto al presidente y al gobierno se les ocurra. La oposición, la crítica de los medios (no suficientemente ejercida), el malestar ciudadano manifestado en las protestas y las encuestas son elementos básicos para la democracia. 

De eso se trata. Aprender a convivir sin consensos es la paz que anhelamos.

sábado, 20 de febrero de 2016

Universidad y crítica

"Aunque solo unos pocos pueden crear una política, todos somos capaces de juzgarla" es una frase de Pericles de Atenas (que data de cerca del año 430 a. C.). La usó Karl Popper en muchas ocasiones para enfatizar el papel de la crítica en la democracia. La actitud crítica debería ser el mejor antídoto contra las ideologías y los fanatismos. Garantizar las condiciones para su ejercicio no es tarea sencilla.

La Universidad Nacional de Colombia infringió esta semana su responsabilidad con la promoción y el ejercicio de la actitud crítica. Decidió, institucionalmente, dedicar la semana a la celebración de la vida de Camilo Torres Restrepo: el sacerdote, el sociólogo-profesor y el guerrillero. A mí me pareció un exabrupto. La Universidad Nacional no puede exaltar personalidades por decreto, porque así lo consideren sus directivas de turno. Las labores de la Universidad no pueden abstraerse del ejercicio académico, de la discusión y la crítica. Su carácter público y nacional, su función educativa y su composición plural así se lo exigen. La Universidad tiene que resistirse a las tentaciones generadas por ambiciones de poder, de sus directivas o de grupos de presión en su interior, para someter la posición institucional a causas particulares.

La celebración coincidió lamentablemente con el paro armado del ELN y sus ataques. Se generan, además, inquietudes sobre el papel que busca cumplir hoy el Centro de Pensamiento para la Paz de la Universidad Nacional: ¿ha decidido pasar de su papel actual de acompañamiento en los diálogos de paz a uno de activismo político para presionar una negociación con el ELN? ¿Avala eso el rector Ignacio Mantilla? Si eso es así, se desdibujaría la buena labor llevada a cabo hasta la fecha por el profesor Alejo Vargas.

domingo, 14 de febrero de 2016

Voluntad política e inversión para detectar las ondas gravitacionales

Cien años cumplió la hipótesis (la predicción) de las ondas gravitacionales hecha por Albert Einstein como parte de su Teoría General de la Relatividad. El anuncio realizado esta semana en Estados Unidos sobre la detección el pasado mes de septiembre de este tipo de ondas representa un hito de la ciencia y la tecnología (enlace a Science con un corto video explicativo y a "La belleza de lo invisible" una agradable columna de Héctor Abad Faciolince sobre el tema).

Es un hito de la ciencia porque verifica una hipótesis atrevida y le abre una nueva era a la astronomía, que le permitirá seguir ampliando la base explicativa sobre el origen y la evolución del universo (de Nature, algunas de las preguntas que se podrán encarar ahora). Este hecho nos recuerda de paso que la ciencia se preocupa primeramente por encontrar explicaciones para el universo (como existe). Es un buen indicativo de ello el eslógan que ha usado la cooperación científica que lo ha hecho posible: "LIGO: Una pasión por el entendimiento" (o la comprensión).

También representa un hito para la tecnología porque su detección se realizó mediante el Observatorio Avanzado de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO, por su siglas en inglés), gracias a un complejo tecnológico conformado por los mejores sistemas antivibratorios (antisísmicos); de vacío; ópticos (láseres, espejos, detectores) y de computación y almacenamiento de información, disponibles hoy en el mundo. Este logro pone de manifiesto que los productos de la tecnología corresponden a creaciones humanas, hechas con fines especiales, en los que el diseño desempeña el papel central.

Esa interacción muestra el gran influjo de la tecnología en la ciencia, más que el de esta como una condición necesaria para la evolución tecnológica. El proyecto vincula dos centros de investigación principales ubicados en el Instituto Tecnológico de California (Caltech) y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). El logro demandó también una buena dosis de voluntad política para permitirle a la Fundación Nacional de la Ciencia de los Estados Unidos, NSF (por sus siglas en inglés), llevar a cabo por primera vez en su historia proyectos e inversiones de esta magnitud, como lo describe Jeffrey Mervis en Science. El mecanismo implementado para ello le permitió a la NSF recibir recursos directamente del Congreso para grandes inversiones en infraestructura para la investigación.

Por ahora, en el país seguimos patinando para lograr unos niveles mínimos de inversión en el sistema de ciencia y tecnología, que nos permitan, no alcanzar los avances de la ciencia y la tecnología mundial, sino acaso comenzar a transitar el cráter de la brecha que nos separa. Esta semana sentí regocijo por los avances continuos de la ciencia y la tecnología en el mundo y congoja por su estado en el país. Pero debemos seguir buscando con optimismo soluciones para este problema.



sábado, 6 de febrero de 2016

Del dicho al hecho: la educación en eslóganes

El primer eslogan que recuerdo de una campaña política fué el "Sí se puede" de Belisario Betancur para la presidencia del país en el período de 1982 a 1986. Después de haber avanzado un poco su gestión, el eslogan era usado por sus críticos con un sentido condicional 'si se puede' y al finalizar su período fue caricaturizado con un 'no se pudo'.

El eslogan que el actual presidente Santos utilizó en su campaña de 2014 fue el "Hemos hecho mucho, falta mucho por hacer" y su plan de desarrollo se identifica con el eslogan "Todos por un nuevo país. Paz, equidad, educación". La actual ministra de Educación, Gina Parody, ha promovido el eslogan "Colombia la más educada" (en América Latina), tomado prestado del usado por el anterior gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, para ese departamento ("Antioquia la más educada"). Parece, sin embargo, que el eslogan ha quedado atrás con la finalización del año 2015 porque su uso en el 2016 por parte de la ministra ha sido escaso (¿es solo una impresión o han descubierto en el ministerio los alcances que implica el reto?). En algunas ocasiones, al finalizar el año 2015, utilizó la ministra un eslogan modificado "Colombia la mejor educada". 

En el área de investigación, ciencia y tecnología, la directora de Colciencias, Yaneth Giha,  ha usado el eslogan "Colombia hacia una nación científica", que también ha promovido recientemente el viceministerio de educación superior.

En educación (para Colombia la más educada) y en investigación y CTI (para Colombia una nación científica) hay dos elementos básicos que no pueden olvidarse en medio de los afanes de la gestión pública con fines electorales futuros:
i. La calidad general de la educación básica y media: no solamente en las áreas fundamentales de matemáticas, lectura y ciencias los resultados del país en las pruebas PISA son deficientes; lo más preocupante es que en la evaluación de la capacidad para resolver problemas ocupamos el último lugar entre los países evaluados (ver Figura 1).
ii. La privatización de la calidad de la educación: las pruebas PISA de 2012 muestran diferencias significativas entre jóvenes de 15 años en educación pública y privada (con resultados promedio en las tres áreas evaluadas de 385 para la educación pública y 436 para la privada, ambas deficientes a nivel internacional).

Estos elementos reflejan las enormes deficiencias actuales del país en el área educativa, lo que nos hace más difícil el camino para convertir a Colombia en la más educada y en una nación científica, como rezan los eslóganes. 

Es muy importante que la educación haya ingresado en el país al discurso de las campañas políticas y los planes de gestión y desarrollo, a nivel nacional y regional. Los eslóganes en la educación también nos servirán como un instrumento para evaluar el desempeño y las promesas electorales. Los políticos que así lo intentan, si lo logran, como todos lo anhelamos, merecen ejercer sus programas desde la presidencia. Debe pasarse, en todo caso, del dicho al hecho.
Figura 1: Resultados de las pruebas PISA 2012 para las áreas de matemáticas, lectura y ciencias (parte izquierda) y de resolución de problemas (parte derechas) [Fuente de información: Resultados de PISA 2012 en Foco, páginas 5 y 31]