domingo, 19 de abril de 2015

Más se pierde por indecisión que por una mala decisión



Una vez más estamos ante una situación de bloqueos a las edificaciones de la Universidad Nacional de Colombia en su campus de Bogotá. Se interrumpe así el desarrollo normal de sus labores académicas.
 
Queda nuevamente al descubierto esa enorme fragilidad del sistema universitario público del país. Sus labores se detienen con facilidad como resultado de acciones de fuerza, ejercidas por grupos internos de presión.

Es esta la cuarta ocasión consecutiva que se realiza una protesta ante la administración del actual Rector, el profesor Ignacio Mantilla, por parte de un grupo de trabajadores de la Universidad bajo el nombre de “Comité Pro-Mejora Salarial”. 

Viví como parte de la administración nacional de la Universidad (a cargo de la Vicerrectoría de Investigación) las tres primeras protestas (en el segundo semestre del 2012 y el primero y segundo semestres del 2013). Hoy vivo esta cuarta protesta como profesor de la Universidad en el desarrollo de mis labores docentes. En las cuatro ocasiones con la misma sensación de impotencia y desesperanza.

No entro aquí a juzgar la validez o no de las razones que motivan a los trabajadores para la realización de su protesta actual. Quiero en cambio hacer una reflexión sobre la situación de indefinición que se presenta ante el conflicto; indefinición repetida también por cuarta ocasión.

De mi aprendizaje de las tres primeras experiencias que menciono, extraje algunas enseñanzas personales. Tomar decisiones implica apostar oportunamente por soluciones, poner en juego el conocimiento y las convicciones que se tienen ante la situación problemática que se presenta. Eso puede tener costos elevados pero generalmente menores que los costos que implica evadir las soluciones al problema. Se requiere enfrentar el problema directamente y con decisión. Sin vacilaciones, dilaciones ni delegaciones (ni hacia abajo ni hacia arriba). 

Ignoro qué disposición tenga hoy la administración de la Universidad para enfrentar y brindar una solución al problema actual. Puede decidirse a dialogar y llegar a acuerdos con los trabajadores. O puede rechazar sus solicitudes porque se tienen restricciones legales o porque no se tienen capacidades o quizá recursos para cumplirlas. De esa manera, se desencadenaría el problema y alguna solución (que implique que el Gobierno Nacional tome alguna posición, por ejemplo).

Lo que genera decepción y desasosiego es tener que someterse a esta situación de incertidumbre. No vislumbrar en el horizonte un camino de avance en la solución. Tener que dirigirse a la Universidad cada día sin ninguna garantía para llevar a cabo las labores docentes o siquiera para poder ingresar al laboratorio o la oficina de trabajo docente. Y terminar tomando café y discutiendo estas mismas reflexiones con otros colegas. Lo mismo que viven y hacen gran parte de los estudiantes cada día.

En sentido lógico, no decidir es en sí misma una decisión: la de la inacción. Hoy, el Rector debe tomar decisiones por acción ante este problema que ya enfrenta por cuarta ocasión. En cualquier dirección. Pero en alguna, por favor.

domingo, 12 de abril de 2015

Docencia o investigación es un falso dilema

 (Fuente: ver nota)
En los últimos meses se ha generado a través del correo electrónico de la representación profesoral de la Universidad Nacional de Colombia un saludable debate interno sobre la docencia y la investigación, que por su relevancia debe trascender las rejas de la Universidad. Por ello retomo por este medio mi participación en ese debate. 

Las raíces del problema que han animado la discusión se encuentran en el cambio del modelo educativo que ha emprendido la Universidad Nacional de Colombia para establecer efectivamente a la investigación como uno de sus objetivos institucionales (según el Artículo 1 del Decreto 1210 de 1993).

Se está haciendo tránsito de una educación paternalista y memorista, que privilegia la ‘transmisión’ del conocimiento (en realidad su ‘repetición’), a una educación abierta y crítica, que prepara para generar conocimiento. 

Es imposible, lógicamente, poder brindarle a un estudiante (ni a ninguna persona) todas las respuestas a todas las preguntas. En su ejercicio profesional, cada estudiante deberá enfrentarse a problemas y preguntas que nunca se ha formulado. La alternativa educativa es ofrecerles a los estudiantes una formación que les permita metodológicamente buscar respuestas a sus problemas y preguntas. Respuestas que eventualmente podrán encontrar. Esa es una educación centrada en lo metodológico, no en la repetición de contenidos.

Hoy como ayer, hay docentes-investigadores con capacidades didácticas y pedagógicas sobresalientes, como las tenían muchos de los docentes anteriores. También contamos hoy con docentes-investigadores con graves carencias de compromiso con sus labores simultáneas, así como antaño hubo docentes con carencias similares en las suyas. 

El Decreto 1279/2002 creó un sistema de incentivos para la generación de conocimiento. Esos incentivos reflejan hoy sus efectos en la alta tasa de incremento nacional de las publicaciones científicas, por ejemplo. También se detectan ya sus efectos en la generación de productos como libros, software y patentes, que por sus características y requerimientos de infraestructura tienen dinámicas de generación y crecimiento más lentas. Aun así, ya han empezado a mostrar niveles de crecimiento importantes en el país.

El estímulo salarial a la producción académica no es perverso per se. Ello implica mantener altos estándares de responsabilidad individual e institucional ante la generación y uso del conocimiento. Los casos de irresponsabilidad y mal manejo de dichos incentivos deben identificarse y regularse convenientemente. Es una función que pueden realizar los comités de asignación y reconocimiento de puntaje y de ética en la investigación de las universidades y el control social.

Nota: La foto corresponde a la promoción del "VII Seminario Internacional de Investigación en Ciencias Sociales y Estudios Políticos", que sobre el asunto organizaron en dicienbre de 2013 la Facultad de Ciencias Humanas y la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Nacional de Colombia.

jueves, 9 de abril de 2015

Una barrera a la internacionalización de la UN




“Parágrafo 3. Para participar en un concurso profesoral, los títulos exigidos obtenidos en el exterior deberán estar debidamente convalidados por el Ministerio de Educación Nacional.” (*)

Quizá la motivación para incluir el parrafito anterior en el Estatuto de Personal Académico de la Universidad Nacional de Colombia haya sido la de garantizar la calidad de la formación obtenida internacionalmente para sus nuevos profesores.

El procedimiento establecido por el Ministerio de Educación Nacional para la convalidación de títulos otorgados en el exterior exige el cumplimiento de varios requisitos, que desincentivarán la presentación a los concursos profesorales de la Universidad de candidatos con formación en el exterior.

Esos trámites de convalidación bien podrían realizarse una vez que el candidato ha sido aceptado en período de prueba (de dieciocho meses) y como un requisito para su aprobación e ingreso a la carrera profesoral universitaria.

Esta barrera para la presentación a sus concursos profesorales contribuye a hacer de la Universidad Nacional de Colombia una institución con vocación más local, e incluso, a favorecer malas prácticas como la endogamia académica.

Ello en una época en que el país necesita vincular personal con formación doctoral con calidad internacional para fortalecer sus sistemas de educación superior y de ciencia, tecnología e innovación; algo que las actuales capacidades de formación doctoral en el país no nos permiten suplir.



(*) Estatuto de Personal Académico de la Universidad Nacional de Colombia Acuerdo 123 de 2013 del Consejo Superior Universitario; Capítulo II. Carrera Profesoral Universitaria; Artículo 8. Vinculación.

domingo, 5 de abril de 2015

Alta tasa de producción de publicaciones en Colombia



Colombia presenta una tasa alta de crecimiento en producción de publicaciones científicas, como se indica en la figura 1 para el período 2009 – 2013. Ello a pesar de las deficiencias en la cantidad de investigadores y de financiación adecuada para su trabajo.

Si se analiza la evolución en la tasa de producción de publicaciones científicas colombianas desde el año 1996, se detecta un cambio de pendiente en el 2005, incrementándose notablemente a partir de ese año (ver figura 2, que compara la evolución del número de publicaciones para cada país en relación a la cantidad publicada en 1996).

Las explicaciones para la alta tasa de producción de publicaciones en el país tienen múltiples factores. Uno de ellos se relaciona con la expedición del Decreto 1279 de junio de 2002, que establece incentivos salariales para la producción de conocimiento (como las publicaciones científicas) para los profesores de universidades públicas del país. Los efectos de ese decreto son evidentes en el incremento de la cantidad de publicaciones generadas en el país.

Un análisis inicial del impacto de esta producción de publicaciones se puede hacer por medio de la cantidad de citaciones anual por publicación. Este análisis básico permite detectar dos tendencias en el país: 
1. Un grupo creciente año a año en la cantidad de publicaciones no citadas al compararse con la producción internacional (como se muestra porcentualmente en la figura 3); 

Esta tendencia puede reflejar una disminución en los estándares de calidad de esa producción, que en el propio medio académico no tiene impacto o es irrelevante.

2. Otro grupo de publicaciones con impacto en los niveles de citación anual por artículo comparables con los estándares internacionales (ver figura 4, que muestra la cantidad de citaciones por publicación excluyendo las no citadas).

Esta tendencia puede reflejar que también se genera en el país conocimiento científico con los estándares de calidad internacionales, medida por su número de citaciones.

Más allá de estas métricas elementales del impacto en los propios medios académicos o científicos deben discutirse aspectos relacionados con el impacto del conocimiento generado en el país en relación a su transferencia y uso efectivo en la solución de los problemas sociales, económicos y ambientales del país y las medidas para incentivarlo. Es una tarea pendiente.