(Fuente: ver nota)
En los últimos meses se ha generado a través del
correo electrónico de la representación profesoral de la Universidad Nacional
de Colombia un saludable debate interno sobre la docencia y la investigación,
que por su relevancia debe trascender las rejas de la Universidad. Por ello
retomo por este medio mi participación en ese debate.
Las raíces del problema que han animado la
discusión se encuentran en el cambio del modelo educativo que ha emprendido la
Universidad Nacional de Colombia para establecer efectivamente a la
investigación como uno de sus objetivos institucionales (según el
Artículo 1 del Decreto 1210 de 1993).
Se está haciendo tránsito de una educación
paternalista y memorista, que privilegia la ‘transmisión’ del conocimiento (en
realidad su ‘repetición’), a una educación abierta y crítica, que prepara para
generar conocimiento.
Es imposible, lógicamente, poder brindarle a un
estudiante (ni a ninguna persona) todas las respuestas a todas las preguntas. En
su ejercicio profesional, cada estudiante deberá enfrentarse a problemas y
preguntas que nunca se ha formulado. La alternativa educativa es ofrecerles a
los estudiantes una formación que les permita metodológicamente buscar respuestas a sus problemas y preguntas.
Respuestas que eventualmente podrán encontrar. Esa es una educación centrada en
lo metodológico, no en la repetición de contenidos.
Hoy como ayer, hay docentes-investigadores con capacidades
didácticas y pedagógicas sobresalientes, como las tenían muchos de los docentes
anteriores. También contamos hoy con
docentes-investigadores con graves carencias de compromiso con sus labores
simultáneas, así como antaño hubo docentes con carencias similares en las
suyas.
El Decreto
1279/2002 creó un sistema de incentivos para la generación de conocimiento.
Esos incentivos reflejan hoy sus efectos en la alta tasa de incremento nacional
de las publicaciones científicas, por ejemplo. También se detectan ya sus
efectos en la generación de productos como libros, software y patentes, que por
sus características y requerimientos de infraestructura tienen dinámicas de
generación y crecimiento más lentas. Aun así, ya han empezado a mostrar niveles
de crecimiento importantes en el país.
El estímulo salarial a la producción académica no
es perverso per se. Ello implica mantener altos estándares de responsabilidad individual
e institucional ante la generación y uso del conocimiento. Los casos de
irresponsabilidad y mal manejo de dichos incentivos deben identificarse y
regularse convenientemente. Es una función que pueden realizar los comités de
asignación y reconocimiento de puntaje y de ética en la investigación de las
universidades y el control social.
Nota: La foto corresponde a la promoción del "VII Seminario Internacional de Investigación en Ciencias Sociales y Estudios Políticos", que sobre el asunto organizaron en dicienbre de 2013 la Facultad de Ciencias Humanas y la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Nacional de Colombia.
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