sábado, 23 de enero de 2016

Rankings: las tablas de las ligas universitarias

Recuerdo hoy con un poco de horror los exámenes del colegio que exigían repetir de memoria contenidos específicos. No muy diferente fue la experiencia en mi formación univeristaria en el pregrado en ingeniería. A pesar de la necesidad de esas evaluaciones para otorgar la aprobación de cursos y carreras, sus métodos y objetivos son cuestionables en muchas ocasiones; reflejan, eso sí, la filosofía vigente del sistema educativo.

En las escuelas y colegios ha sido habitual la publicación de las listas del desempeño de los estudiantes según el orden de sus promedios de notas. A nivel nacional ese papel lo cumplen hoy la serie de pruebas 'Saber' del ICFES; a nivel internacional es la función de las pruebas PISA. También se tienen clasificaciones de colegios según su rendimiento. Los rankings universitarios pretenden ser 'exámenes institucionales'; clasifican a las universidades mediante criterios e indicadores con objetivos de medición determinados. De la profusión de rankings de la última década se ha popularizado el uso de tres de ellos: 'Academic Ranking of World Universities - ARWU' (ranking de Shangai), 'The Times Higher Education World University Rankings - THE' y 'QS University Rankings', que evalúan globalmente el desempeño de las universidades a través de indicadores para sus principales funciones asociadas a enseñanza, investigación, transferencia de conocimiento y proyección internacional. En la Tabla 1 se presentan los criterios empleados por estos tres rankings para establecer sus clasificaciones.

En el ranking ARWU nunca ha aparecido ninguna universidad colombiana entre las primeras 500 (en los criterios del ranking no se tienen en cuenta valores para encuestas de reputación). En el THE ha aparecido la Universidad de los Andes (en el año 2013, en el intervalo entre 351 a 400; en los años 2014 y 2015, entre 251 a 275). En esos años se utilizó como base de datos bibliográfica la proporcionada por Thomson Reuters; para la evaluación del año 2015-2016 se realizaron ajustes en la metodología de medición y se cambió a usar la base de datos de Scopus (Elsevier), quedando clasificada la Universidad de los Andes en el intervalo entre 501 a 600 y la Universidad de Antioquia entre 601 a 800; no figuran más universidades colombianas. En el ranking THE el valor de las encuestas de reputación es del 33 % del total. En el ranking QS ha habido una mayor participación por parte de universidades colombianas en sus mediciones anuales; en este ranking tiene un peso del 50% la evaluación de la reputación, que se realiza mediante encuestas (para pares académicos y para empleadores). En su clasificación vigente para el año 2015-2016 aparecen la Universidad de los Andes en la posición 283 y la Universidad Nacional de Colombia en la 290. En función del incremento del valor de los factores subjetivos de evaluación (las encuestas), crece levemente la presencia de algunas universidades colombianas en los tres rankings mencionados.

La función de evaluación que cumplen los rankings es necesaria; corresponde parcialmente a la rendición de cuentas ante la sociedad por lo que hacen. También sirven como insumo a los futuros estudiantes para la selección de su carrera y universidad al proveer información importante sobre el desempeño específico por áreas de conocimiento y las ciudades donde se ubican (como el ranking CHE elaborado por el semanario alemán Die Zeit).

Simultáneamente con esas funciones, los rankings universitarios han sido cuestionados muchas veces por la selección arbitraria de los criterios y los pesos que asignan en las evaluaciones que realizan. No están excentos de sesgos y en ocasiones representan intereses comerciales (quizá legítimos pero no develados). No es posible que un único valor numérico pueda representar la diversidad de instituciones de educación superior, sus objetivos, funciones, servicios y, sobre todo, el contexto social y económico en el que se desempeñan. Por eso mismo se han hecho populares los rankings: son sencillos de elaborar y ejercen una gran influencia social y en el direccionamiento de políticas públicas para el financiamiento de la educación superior (ahora también se usan para politiquear). Son las 'tablas de juego de las ligas universitarias'.

Las universidades latinoamericanas no pueden ignorar los rankings universitarios internacionales. Tampoco se pueden convertir en su objetivo de trabajo. Las condiciones sociales y económicas en nuestros países le imponen retos y exigencias específicas al sistema universitario. Latinoamérica es, económicamente, la región más desigual del planeta. Además tiene problemas de cobertura educativa: en promedio, más de cinco de cada diez latinoamericanos no acceden a la educación superior. ¿Solucionaremos eso en Colombia con una o dos universidades bien 'pilas' entre las 100 primeras de alguno de esos rankings?

Tabla 1: Rankings universitarios internacionales más populares y sus criterios de medición. Para el ranking QS se indican entre paréntesis los valores utilizados para los criterios de su medición regional en América Latina. Fuentes de información: ARWU; THE y QS; consulta en agosto de 2015.

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