sábado, 5 de marzo de 2016

Innovación y pobreza

Dos notas periodísticas llamaron mi atención esta semana porque permiten contrastar dos escenarios de pobreza en el país y el posible papel de la innovación para superarla.

"El rescate de las papas perdidas" de Juanita Vélez es un excelente ejemplo de innovación, de iniciativa y emprendimiento por parte de campesinos en Boyacá. Trabajando en condiciones de pobreza han logrado organizarse y sacar adelante con motivación y entusiasmo un proceso productivo innovador para recuperar el cultivo de variedades nativas de papa y comercializarlas. Este tipo de desarrollos ofrece argumentos para ubicar el origen de los procesos de innovación en los intentos de solución a los problemas reales. Es también una oportunidad para ilustrar que el apoyo de las instituciones de investigación y desarrollo y de las  universidades es importante para brindar soporte, aunque en la mayor parte de los casos no son estas instituciones las que originan esos procesos de innovación. Se requiere, eso sí, que estas instituciones se mantengan en contacto permanente y directo con la sociedad y sus problemas para poder brindar ese apoyo de manera oportuna y efectiva.

"Los mata la crisis con Venezuela: viaje por la nación wayuu" de Laura Ardila reporta sobre las condiciones de vida y pobreza en La Guajira, una región afectada por el abandono estatal y, recientemente, por la situación política y económica en Venezuela, que ha restringido las posibilidades de trabajo y el contrabando (inclusive la provisión de alimentos). En La Guajira se realiza, además, desde hace varias décadas la extracción y exportación de carbón a gran escala. Este hecho invita a preguntarse si las garantías que ha ofrecido el Estado para esa explotación han implicado simultánemente la violación de los derechos fundamentales de sus habitantes (por ejemplo, el problema en torno a la desviación del río Ranchería). Algo que también se manifiesta en las dificultades que tienen los nativos para poder acceder a condiciones apropiadas para la pesca, en contraste con las condiciones que ejercen las grandes empresas pesqueras.

Aun bajo las condiciones de pobreza en las que ha llevado a cabo sus labores el grupo de campesinos en Boyacá, su proceso muestra un escenario muy diferente al que ofrece la situación actual en La Guajira. Demuestra que mientras se ofrezcan unas condiciones mínimas para el pleno ejercicio de las libertades individuales, de sus derechos, los procesos productivos y la innovación florecen con la fuerza de la creatividad humana. Es urgente solucionar los problemas de la escacez de agua y la desnutrición en La Guajira pero no podemos perder de vista que esos problemas son síntomas de la pobreza, no sus causas. Sin la presencia organizada del Estado, sin instituciones bien establecidas que garanticen los derechos individuales políticos y económicos de sus habitantes no se podrá superar la pobreza. Es el punto de partida para avanzar con la innovación.









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