jueves, 17 de marzo de 2016

Volver a ser una universidad nacional

Las grandes diferencias regionales y entre el campo y las ciudades en la calidad de la educación básica y media no garantizan igualdad de oportunidades para el acceso a la Universidad Nacional de Colombia. En la sede Bogotá, por ejemplo, históricamente más del 70 % de los estudiantes admitidos a primer semestre provienen de la misma ciudad. La Universidad realiza un examen propio de admisión que es riguroso y selectivo (hoy se admiten en promedio cerca de 9 estudiantes por cada 100 que se presentan). Esta situación ha llevado a que la Universidad haya creado programas especiales de admisión (y de apoyo para ello) para grupos de población en situaciones especiales o vulnerables, así:


El Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica PEAMA (creado originalmente en el 2007 bajo la iniciativa de mi colega y amigo Julio Estebán Colmenares, entonces director de la sede Arauca) le permite a los estudiantes de las sedes de presencia nacional concursar entre ellos por un grupo de cupos a la Universidad Nacional (como lo describe en una columna reciente el rector Ignacio Mantilla). A pesar de lograr el ingreso con puntajes de admisión mucho menores que el promedio alcanzado por los demás admitidos, los estudiantes del PEAMA alcanzan rendimientos académicos durante el desarrollo de sus carreras iguales o superiores que los demás estudiantes. Este resultado indica que el buen rendimiento académico no depende directamente del puntaje obtenido en el examen de admisión a la Universidad.

Este programa debe motivar una reflexión en torno al mecanismo de admisión que lleva a cabo la Universidad actualmente: ¿Por qué no realizar la admisión general a la Universidad Nacional de Colombia bajo el mecanismo que se utiliza actualmente para el PEAMA? Esto le permitiría a los aspirantes de todas las regiones del país competir entre ellos por un grupo de cupos de admisión a cualquiera de las sedes de la Universidad. A la Universidad misma le permitiría fortalecer su papel como promotora de la movilidad social y la integración nacional; proponer y crear programas de soporte y bienestar para todos sus estudiantes, con el apoyo financiero directo de cada región, e incentivar su presencia regional, integrándose efectivamente a través de sus estudiantes y egresados a la solución de la cantidad de retos y problemas sociales, económicos y ambientales que nos depara un país que quiere vivir en paz. Sería como volver a ser una universidad nacional.



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